Vestida de blanco y negro estará para siempre la historia de la capital del Huila en la memoria general.
La añoranza melancólica de los primeros años, los primeros motores, los primeros baños que le dio el río de la patria a estas tierras, las primeras fiestas y verbenas, los primeros tragos de folclor son fotografías e imágenes en movimiento que no avanzan en el tiempo.
El viaje por la historia de Neiva, sobre todo en tiempos de cuarentena, es posible a través de redes sociales como youtube, donde las reliquias guardadas para su conservación han sido digitalizadas y ahora también son parte de listas de reproducciones.
Al son del alma de Luciano Díaz Vargas en su melodía ´Viaje a Neiva´ se deslizan ante la vista de los internautas una serie de fotografías organizadas por Jorge Vargas González, en un audiovisual alojado en el canal Neiva Antigua.
La melodía de Luis Alberto Osorio en ´Río Neiva´ambienta ´Neiva antes y después´, un audiovisual subido en el canal Richard Garzón en el que se tiene la versión antigua y actual de lugares insignes de la ciudad como el Aeropuerto Benito Salas, la Estación del Ferrocarril, la Catedral de la Inmaculada Concepción de Neiva y la Iglesia Colonial.
La recuperación de la memoria histórica, a nivel gráfico, es una labor que también ha desarrollando la productora audiovisual Atarraya Films a través de dos piezas audiovisuales extraídas de la película ´La vibora´, filmada entre 1958 y 1959 en el Huila. Se trata de ´Fiestas de San Pedro en el Huila en 1958´y ´Primer rajaleña huilense grabado en video – 1958´.
Neiva, una urbe que yace entre la cordillera Central y Oriental, en el valle del río Magdalena, cruzada por el río Las Ceibas y el río del Oro. Un territorio de 1533 km² con aires Tama, Páez y Pijao.
En ´Neiva: Arrullada por el río Magdalena´ de Jorge Alirio Ríos Osorio, miembro de la Academia Huilense de Historia, podrá hacer paradas más profundas en este viaje propuesto por el ´Valle de las tristezas´.
Fotografía: Solanyer Trujillo 2013 – Las rajaleñas de Fortalecillas.