Camila Díaz y Ana María Vahos
“En el tiempo que llevo recorriendo este camino de cantautora, he advertido que hay varias rutas. Lo más importante es no olvidar que somos libres de trazar esas rutas”; “Quiero seguir componiendo y haciendo música hasta que tenga canas. En este momento mi mayor reto es hacer de este oficio algo sostenible”; “De nuestra generación advierto una necesidad de hablar sobre lo que no se nos permite hablar, de expresar lo que se siente, y sí, claro, la tristeza y la nostalgia son algunos de estos sentires. Convertirlos en arte es también un acto político”; “¡Los amigos! Mis amigos, que también han sido mis maestros, son muy importantes porque con ellos he podido mantenerme en pie”: Ana María Vahos y Camila Díaz.
Por Juan Guillermo Soto M.
A unos cuantos días del concierto Voces Cándidas, el cual reunirá en Neiva a los cantautores Felipe Dussán y San Pedro Bonfim, y a las cantautoras Camila Díaz y Ana María Vahos, hablamos con estas últimas sobre sus carreras musicales, la relación que hay entre la música y la literatura en sus procesos creativos, la tristeza como una marca generacional aderezada por un contexto cultural y social violento, la relación que tienen con sus territorios y la forma en la que estos permean sus obras, entre otros aspectos.
Todo esto puede cobrar gran importancia para las personas que buscamos un poco de comprensión, abrazo y liberación en el arte, pues si bien la obra nos otorga mucho de ello, conocer algo de las motivaciones, azares y certezas de los creadores nos puede alumbrar, con la luz abstracta del lenguaje sonoro, otros ángulos sobre lo que implica existir en Neiva, en Medellín, en Colombia, en este mundo.
Ana María Vahos es una cantautora nacida en San Pedro de Los Milagros, Antioquia. Publicó dos EP: Ananá, primer balbuceo, y, Amor profundo. En el año 2022 publicó su álbum Los días, con el sello discográfico incorrecto. El año pasado vino por primera vez a Neiva; no dio dos conciertos: fueron dos rituales de abrazonoroacústicolectivismo.
Camila Díaz nació en Gigante (Huila). Desde niña ha estado rodeada de un ambiente musical; su madre tiene una agrupación de música tropical llamada Luna Roja, de la cual hizo parte, al igual que del grupo de música tradicional Tamas. También ha hecho parte de la agrupación Felipe y Los Planetas, y, Pechan Project. Recientemente sacó su primer sencillo llamado Refugios (para los huracanes), y trabaja en la producción su primer álbum llamado Surreal. Ha bebido del folclor, del rock, de la danza, de las violencias, de la tristeza cuando “este mundo te dirá que siempre es mejor mirar a la pared”, pero también de la juntanza femenina, la organización política, del amor y del “ahí vamos, parce”.
A continuación, algunas de los interrogantes e inquietudes que animaron nuestra conversación:
Juan Guillermo: Si bien compusiste tu primera canción por allá en el año 2009, solo hasta el año 2018 decidiste grabar. Entre esas dos fechas hay 10 años de mucha exploración y aprendizaje musical. ¿En qué momento tomas la decisión de ser cantautora y de asumir esto como proyecto de vida?
Ana María: Yo pienso que es un constante reafirmarse, porque yo puedo en cualquier momento parar y dejar de hacerlo, pero en este momento mi energía está enfocada a seguir cantando hasta que el cuerpo me lo permita.
Para mí han sido muy importantes mis amigos, porque con ellos he podido mantenerme de pie, gestionar, hacer giras. Fui encontrando en el camino amigos, también cantautores, que han sido un apoyo fundamental. De esas juntanzas destaco una presentación en un festival de cantautores en Panamá, en el 2015; fui con mi amigo y cantautor Daniel Gutiérrez; llegar allá no fue nada fácil pero lo hicimos. Yo regresé muy emocionada y reafirmada en este oficio. Esas cosas se dan en la medida en la que me he juntado con amigos. Juntos es mucho más poderoso.
Camila Díaz: yo emprendo ese camino en el año 2020. Mi punto de partida es la grabación del tema Refugios. Felipe Quién me ayuda con la producción. Duramos tres años en ello (sí, es que tanto Felipe como yo somos muy perfeccionistas). Claro, en esos años ya tuve la oportunidad de participar en diferentes proyectos musicales, pero además empecé a arriesgarme a tocar sola en diferentes eventos culturales a los que me invitaban, fuera en la universidad, en un café, en el marco del paro nacional… pero cuando se publica Refugios, siento que ya me he lanzado al ruedo y empiezo a pensar en todos los pasos siguientes: trabajo gráfico, conceptual, redes, presentar el tema pero seguir trabajando en la creación de otros, invitar a amigos músicos…
J.G: cuando hablas de esas juntanzas entre amigos, piensa uno en la existencia de una escena de cantautores en Medellín…
A. M: la construimos, claro, casi que desde cero. De hecho, en el curso de todos estos años juntándome con Dani y otros artistas, empezaron a aparecer personas diciendo: hey, yo también hago canciones…Claro, había unas generaciones arriba, solo que no nos habíamos integrado a ellas: Pala, Alejo García, Esteban Gira, ellos tienen más o menos como treinta y punta de años, yo tengo 29; y ahora se suman los cantautores que vienen, chicos de 20 años que están componiendo y tocando sus canciones en la guitarra. Esta es una escena que se ha construido tocando y escuchando al otro, los círculos abiertos, rotarnos la guitarra y descubrir quiénes somos los que estamos aquí componiendo; también es una posibilidad de que alguien llegue con una canción increíble. Actualmente, en Medellín, te puedo mencionar por lo menos 20 proyectos de cantautoría.
C. D: Mis referentes más cercanos, en Neiva, son agrupaciones como Yijajay, Modo Perris, Binarius Buxus, son agrupaciones de muchos años atrás. En Neiva la escena siempre ha sido muy metalera y punkera, yo me identifico más con las bandas que te menciono y, hoy en día, con las que siguen trabajando en un proyecto propio, como Pechan Project, Felipe y los Planetas. Proyectos de cantautores, en Neiva, son pocos, y con el que más he tenido cercanía es con el de Felipe Dussán.
J.G: Ambas me han mencionado algo importante y es la relación entre la poesía con su música. ¿Cómo son sus procesos creativos en el marco de estos dos lenguajes?
A. M: A mí me gusta mucho leer poesía. Tengo mis favoritos: Fernando Pessoa, Dulce María Loynaz, Pizarnik, Eduardo Galeano, también autores locales como por ejemplo Gonzalo Arango, Fernando Gonzáles. Leer es como escuchar. Yo pienso que hay que escuchar y leer mucho para uno poder escribir y cantar. Por otro lado, uno tiene que vivir para también tener cosas que decir respecto a lo que vive. Como lo que yo hago es algo tan íntimo y personal, no tengo estructuras y métodos para componer una canción, sino que todo el tiempo me estoy ahondando, revisando, escribiendo lo que pienso. No voy a cantar algo con lo que no esté conectada y pues para poder estar conectada debo estarme revisando. También dibujo. La música también está llena de imágenes, entonces dibujar puede aportar mucho a la creación de un disco. Otra cosa: yo soy muy respetuosa de la escritura, me gusta tildar, poner comas, puntos, siento que esos detalles también hacen, o son, la música.
C. D: No tuve una relación tan fuerte con la poesía en un inicio, porque sentí que llegué a una poesía muy genérica. Pero más adelante, algunos autores como Cortázar y Jattin, me enseñaron sus mundos literarios, mundos más frescos y cotidianos con los que me enganché más. Aunque de Jattin debo decir que su poesía puede llegar a ser muy oscura, por lo que puede ensimismarme mucho; con esas influencias a veces termina uno hablando mucho desde el “yo”, “yo”, “yo”; luego entendí que también podía hablar desde mí, pero reflejándome en el otro. En este proceso, tener un contexto político fue muy importante para mí.
J. G: Al escuchar la música de ambas, siento una atmósfera de mucha nostalgia. ¿Creen que esta atraviese de manera transversal toda su música?
A. M: Pienso que nosotres tenemos un desencanto con la realidad, pues esta es muy compleja, en particular la de este país. Nuestro país es re paila, y tener eso como telón de fondo todo el tiempo hace que mucho de lo que acontece se vea reflejado en nuestra música, como una forma de tramitar esas emociones. También creo que todes tenemos unas heridas por sanar y por supuesto eso es doloroso, entonces quienes nos fijamos en ellas, a veces solemos darles trámite a través de la obra.
C. D: De nuestra generación advierto una necesidad de hablar sobre lo que no se nos permite hablar, de expresar lo que se siente, y sí, claro, la tristeza y la nostalgia son algunos de estos sentires. Convertirlos en arte es, para mí, un acto político.
J. G: ¿Cómo describirían su propia música?
A. M: Pues yo no sabía, pero a través del otro he escuchado palabras como: dulzura, abrazo, profundidad. También me he dado cuenta que un concierto en vivo, mío, es como un espacio emocional muy potente; los llevo a un interior, entonces yo siento que mis canciones son emocionales, íntimas; procuro también, en la medida en la que estoy siendo consciente del dolor, abrazar. Abrazar con mi música y que esta acompañe la existencia.
C. D: Cuando pienso en mí música, la palabra clave es “confrontación”. La música me ha ayudado a mutar y a tramitar cosas muy traumáticas que me han pasado en la vida. En ese sentido, en la construcción de este álbum que se llama “Surreal”, cuento un poco mi experiencia con haberlo perdido todo por ser desplazada por la violencia. En este ejercicio creativo advierto entonces una confrontación constante con lo que una siente y cómo una actúa.
J. G: ¿Qué expectativas tienen para el concierto de este fin de semana?
C. D: Considerando que es la primera vez que logramos tejer red con un artista internacional, conservo el interés de que en la ciudad podamos acceder a artistas que hacen parte de la escena independiente y que el resultado permita reflejar una forma de hacer gestión, tanto para los artistas y gestores como para el público, que puedan tener la experiencia de ver este lado del arte, un lado que es remunerado y digno. Siento que este evento es el inicio de una nueva temporada de cosas en Neiva.
A. M: Espero que sea un encuentro valioso para todes, que sea un compartir, que podamos escucharnos, crecer, porque es desde la juntanza que la música independiente, y la cantautoría, puedan crecer y empezar a tejerse fuertemente. También espero que el público neivano pueda disfrutar de nuestra música, que sea un momento muy agradable para cada uno de nosotros.
Pósters del concierto: