La historia dirá que en un valle de sangre pijao, donde el agro florece y el aire se “toma” en el antejardín de la casa sobre una mecedora, el covid-19 encontró más que un muro de tierra.

 

Por Serafín Marquín

 

El arroz no ha dejado de pintar la planicie que en el horizonte se levanta sobre la cordillera central con aroma a café y cacao. En medio de la brisa cálida que acaricia la hierba aún pastorean las cabezas de ganado. Pero el municipio de Tesalia, al occidente del departamento del Huila (Colombia), no es el mismo.

El maestro Luis Alirio Embús tiene presente la última vez que la cordialidad en el ´Valle Escondido´ le estrechó la mano y lo acompañó a caminar por sus calles. Aquella tarde soleada degustó una delgada y crocante arepa de maíz con queso, mientras estuvo sentado en una de las bancas del parque principal Rafael Puyo Perdomo, nombre del primer gobernador del departamento.

 

Agrupación musical Los Caraguajos (Tesalia)

 

No fue la primera vez que el compositor giganteño visitó a ´Carnicerías´ -como en otrora fue llamado el territorio de Tesalia-, fue testigo de los días en los que tras el sonido de un tambor se prendía la fiesta, fluía la alegría, se daba espacio al compartir de la tradición folclórica huilense, de ahí uno de los versos que hoy le dedica en “A Tesalia”, un fiestero en tono mayor:

“Tesalia capital taurina

tan bella y querida

de mi corazón

muestra el azul del cielo

toda su belleza

turismo y folclor”

Tiempos de pandemia

De pronto la posibilidad de contagio no de tranquilidad como solía suceder en este valle de puertas abiertas sino de un virus que se extendía como una nube tóxica por el mundo, limitó al eco de la memoria el retozar de los niños en las calles y colegios; las tardes de café en el parque, las tertulias en el antejardín y la atmósfera colorida de los días de mercado campesino se convirtieron en añoranzas. El covid-19 había dejado ver su furia en la televisión, las redes sociales, las calles vacías y los ojos titiritantes y huérfanos de las sonrisas opacadas por el tapabocas, un elemento  que se volvía imprescindible ante el mismísimo aire del paisaje.

 

 

Parque principal Tesalia (Huila)

 

“Ha sido muy difícil, ninguna persona estaba preparada para esto”, afirma Jimmy Hernández Araujo, rector de la I.E. Otoniel Rojas Correa de Tesalia. Su expresión melancólica recoge el sentir de la secretaria de salud municipal, Edna Viviana Guevara Méndez, quien indica que “la pandemia ha transformado el municipio sobre todo en el aspecto económico”. En este sentido, según la concejal Arlenis Tovar Caquimbo, ha sido evidente la preocupación de comerciantes que vieron limitado su labor, de la cual depende el pago de arriendo, el sustento propio y el de sus familias, además de subsanar obligaciones con entidades financieras.

Así como La Posada del Rey del señor Reynaldo Pérez, Rancho de Juaco de Joaquin Vega, Brazilia de Yaqueline Benitez -hoteles insignes del municipio- se vieron obligados a cerrar sus puertas, también tuvieron que hacerlo establecimientos comerciales, centros recreacionales como Villa Danny y empresas del transporte público. Una desaceleración del 30% en la economía según el alcalde local, Carlos Humberto Perdomo.

La producción de leche no ha dejado de inundar estas fértiles tierras. Sin embargo, el precio de la cuajada cayó debido a las medidas sanitarias que pusieron a media marcha la economía nacional y los campesinos tuvieron que obsequiarla a la población en algunas oportunidades. La solidaridad se expresa ante las carencias que deja ver la amenaza del contagio en el municipio pero la donación, según la concejal Arlenis Tovar, es beneficio para la comunidad y al mismo tiempo refleja pérdidas para el sector ganadero

Ante las puertas cerradas a media hoja en el valle de Tesalia, la producción cafetera alumbró en el horizonte como alternativa para familias del municipio, en un acto de reciprocidad se introdujeron en los rojiverdes cafetales en busca del grano insigne del departamento y tras el sustento económico de la familia. Según la concejal Tovar, esto hizo que allí la dinámica no se detuviera, bajo medidas sanitarias y con apoyo de la administración local, continuó el proceso histórico del país para poner una taza de café en la mesa del mundo.

Similar comportamiento vivió el arroz, la panela, el cacao, que lejos de la incertidumbre de la pandemia mantuvieron su ciclo productivo, ya que desde el inicio de la contingencia el Decreto nacional permitió el tránsito de fertilizantes y por tanto bajo medidas de distanciamiento social e higiene, no se detuvo la siembra.

Pero al cerrar las fronteras, limitar el transporte y la movilidad –según Geiner Almario, Coordinador de Competitividad y Desarrollo- quedó plenamente en evidencia una gran realidad que supone un reto para la administración local: sectores productivos como el arroz, la ganadería, el café (con dos cosechas al año), aunque genera un ingreso importante desde el punto de vista económico, no posibilitan una amplia oferta de empleo, y el municipio sigue en deuda con el fortalecimiento de la canasta familiar.

“No producimos plátano, yuca, frijol, maíz, arracacha, ni nada de esos productos de la canasta familiar básica, tampoco tenemos empresas transformadoras de chocolate, café, arroz y eso nos obliga a comprar y traer todo de otros municipios y empresas externas, siempre vamos a depender de otros transformadores y otros acopladores para suplir esa demanda de productos alimentarios que tiene el municipio”, explica el funcionario, que además anuncia que ya trabajan en la construcción de un banco de proyectos de emprendimiento y fortalecimiento de las empresas para aumentar la productividad y mejorar la soberanía alimentaria, en coordinación con la Agencia de Desarrollo Rural, la Cámara de Comercio de Neiva, la Gobernación del Huila, con el Fondo Impulsa, el Sena.

En cuanto al aspecto educativo, en los recintos donde día a día habitaban niños y jóvenes hoy reina el silencio. Maestros, estudiantes y padres de familia afrontaron el vértigo de asumir el reto de una institución educativa que se extiende más allá de una planta física y se encuba en las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). El temor al contagio confinó a los estudiantes – por Decreto 457 del 22 de marzo de 2020– en sus hogares, junto a sus padres, enfrentándolos al desconcierto de un país donde la penetración de internet rural en Colombia es de menos del 10 %.

 

 

“Muchas personas tuvieron que hacer un uso rápido de las TIC sin tener la capacitación, sobre la marcha se ha ido aprendiendo; tenemos muchas dificultades de tipo tecnológico, los anchos de banda y señales no son los mejores, lo que genera mayor dificultad para establecer diálogo en doble vía, pero se hacen los esfuerzos y se mantienen las comunicaciones en la medida de lo posible”, explica el rector Jimmy Hernández Araujo.

De acuerdo a la concejal Arlenis Tovar el impacto ha sido bastante fuerte, debido a que un gran porcentaje de estudiantes no tienen ayudad tecnológicas en sus viviendas, no hay internet en las veredas, lo que dificulta el proceso de enseñanza-aprendizaje. Y es que según el alcalde local, tan sólo en dos de las 23 veredas existe Kioskos Digitales, por lo cual, su administración actualmente gestiona ante el Ministerio de las TIC la ampliación de la conectividad.

En el plano cultural, en este pueblo festivo, lleno de costumbres y actividades, la situación no ha estado fácil para los gestores culturales y personas que viven del arte, y que vieron cómo la celebración del cumpleaños de Tesalia, las Feria Comercial, Agro Industrial, del Café y Mercado Ganadero, así como el Festival Equino y el San Pedro se quedaron en gran medida en planes a raíz del brote de contagio en el departamento. “Es la época en la que estaría funcionando todo, culturalmente hablando, ha sido triste y desgastante pero se ha intentado apoyar a nivel local y través de convocatorias de Secretaria de Cultura Departamental”, dice la secretaria de cultura de Tesalia, Paola Tatiana Pérez. El fondo destinado para el sector cultura asciende a los $ 743.000.000, según documento rendición de cuentas primeros 100 días de gobierno.

 

Contener el covid-19

“Estamos seguros que no nos va a pasar nadar, por la colaboración de la gente en las medidas, nos cuidamos entre todos, la administración ha estado muy pendiente”, explica la líder comunitaria Luz Dary Guerrero con un aire de esperanza en su voz. Sus palabras sirven de balance de lo que hasta ahora ha pasado en este municipio del departamento del Huila, donde más de 90 días después los diagnósticos negativos de covid-19 son la tendencia.

 

Infografía suministrada

 

Desde el 20 de marzo, día que el gobierno nacional decretó la cuarentena obligatoria en todo el territorio, las acciones colectivas en este ´Valle Escondido´ no han cesado. Del miedo al contagio, la incertidumbre que genera la añoranza de tiempos llenos de folclor y tradición, las carencias económicas y la responsabilidad de enseñanza-aprendizaje en casa, ha brotado el sentido de pertenencia más ferviente por la vida.

A través de la propia autonomía y de las juntas de acción comunal, que históricamente han sido escenario de construcción de poder popular desde la vida cotidiana -como lo indica la investigadora de la Javeriana Olga Elena Jaramillo Gómez- los tesalisenses se han sumado activamente –manifiestan la Concejal y el comandan te la Policía, Víctor Hugo Guerrero – a las estrategias conjuntas para contener el virus coordinadas por la administración municipal en cabeza del alcalde Carlos Alberto Perdomo, la Secretaria de Salud, la inspección de Policía, Bomberos, Ejército, en concordancia con lo dispuesto por el país y la OMS, para desterrar al enemigo silencioso que paraliza el mundo. Un presupuesto que supera los 700 millones ha dispuesto la administración municipal para contener la pandemia, representados en kit alimentarios, elementos de bioseguridad, subsidios de servicios públicos, etc.

Más que un muro de tierra a la entrada de este municipio – que no duró más de medio día después del boom mediático de la medida-, el covid-19 ha encontrado controles de seguridad, donde miembros de la ciudadanía ejerce rigurosas rutinas de limpieza y desinfección, dotados de elementos de bioseguridad, antibacterial, alcohol y una férrea disciplina.

 

Adicional a los cuatro puestos de control, personal de la Secretaria de Salud, la Secretaria de Agricultura y unidades de policía realizan visitas periódicas a las veredas para realizar revisiones a las condiciones de salud de las personas que habitan la zona rural y foráneos que han ingresado a desarrollar labores como recolectores de café u obreros en empresas como Hocol (Petróleo) y MASSEQ (minería), según explica el Comandante de la Policía del municipio. Los controles incluyen toma de temperatura y pedagogía sobre el distanciamiento social y cuidados sanitarios.

También, en este municipio de 10.923 habitantes, donde no hay Unidad de Cuidados Intensivos, según la Secretaría de Salud, avanzan en el fortalecimiento de la ESE Hospital Santa Teresa para la contención de la pandemia: recientemente recibieron una nueva ambulancia y ante la Secretaria de Salud Departamental radicaron un proyecto que contempla ampliaciones y reestructuración de la plata física, así como la compra de equipos biomédicos y de protección para la institución. De acuerdo al Jefe de Urgencias, Miguel Castillo, aunque se trata de una institución pública de primer nivel, tiene una amplia oferta y gama de servicios para atención gratuita.

Para las autoridades del municipio, ejercer el control las 24 horas sin el apoyo de la comunidad no es posible. “Una comunidad en un 80% muy entendedora de la norma “, según el Comandante de la Policía, y es que, en lo que va corrido de la declaración de emergencia en Tesalia se han impuesto 72 comparendos por violar las medidas sanitarias y pasar por alto las restricciones de movilidad, frente al promedio de 100 a 120 que se registran en Huila al día, según el departamento de Policía Huila.

Explorar galería fotográfica 

Tesalia frente al covid-19

La posibilidad de que el virus llegue no deja de estar latente, pero a raíz del trabajo mancomunado entre autoridades y comunidad no le va a quedar fácil, según la líder comunal Luz Dary Guerrero, quien además cree que luego de la pandemia aflorará la fraternidad, en cuanto a lo económico considera que existe la posibilidad de que se encarezca la vida y no vuelva a la normalidad, “la plata no alcanza para comprar lo que comprábamos antes de esto”.

Mientras la pandemia en el país avanza hacia su pico más alto, los abuelos continúan observando la nueva cotidianidad desde la ventana, los menores de edad toman aire media hora tres veces por semana, los adultos se rigen por los pico y cédulas, pico y género y toques de queda.

Paulatinamente el comercio ha empezado a retornar a la atmósfera distante de la nueva realidad de Tesalia, previo cumplimiento de protocolos; las reuniones familiares y los aires festivos de junio hoy se viven en la intimidad de los hogares.

Nada será igual en este “Valle Escondido, valle bello y florido” como le cantó Jorge Villamil Cordovez, porque al final más allá de los retos de superación económica, se habrá aprendido el valor de la solidaridad, algo muy huilense.