Manuel Rubio García[1]

 “Construir sobre lo construido” es el lema que la oposición política, intelectual y de las agencias empresariales desean imponer al nuevo Gobierno. Sin embargo, ¿es posible plantear un “gobierno del cambio” sin plantear modificaciones en enfoques, orientaciones y fines de la acción público estatal?

En el presente artículo se busca sintetizar una visión endógena de la acción público estatal frente a los resultados de los llamados “mecanismos naturales de los mercados”. Se intenta establecer que tras la naturalización del interés mercantil se esconde la voluntad y capacidad de negociación de las agencias empresariales en la definición corporativa y privatizada en las orientaciones de política.

Lo acción público estatal y su economía política: la primacía de lo político

El tratamiento del Estado y el gobierno tiene una larga tradición desde la óptica de la economía política- tanto clásica como marginalista-, como una entidad funcional, complementaria o distorsionante del intercambio mercantil.

Se trata de una representación exógena del Estado o el gobierno respecto al funcionamiento del mercado. Con este enfoque se logra evadir el estudio de las relaciones sociales antagónicas y, en especial, las relaciones sociales mediadas por el poder. En especial, respecto de los conflictos y resultados distributivos que son direccionados al interior del Estado en las sociedades capitalistas. En la visión tradicional del Estado (Stiglitz, 2000), este es un ente por fuera del mercado, herramienta de políticos de turno y receptáculo del asesoramiento de sabios. Se trata de una visión de “gobierno títere”(Basu, 2003).

Las personas sabias se definen como aquellas que entienden el funcionamiento de los mecanismos del mercado- economistas, principalmente-; quienes deben asesorar al gobierno para “mejorar la sociedad”, es decir, intervenir sin distorsionar mecanismos naturales. En este esquema, se conciben como “agentes exógenos” a los resultados de los mecanismos de mercado. En caso contrario, estamos ante personas con “intenciones políticas”, “malévolos populistas” o “idealistas confundidos”.

No obstante, desde una perspectiva Maquiaveliana, la visión estándar de quienes asesoran no es tanto un desvarío personal como una acción perspicaz para evitar ser concebidos como participantes políticos activos con capacidad de intervención en los asuntos públicos (Basu 2003).

Frente a esta creencia, se puede proponer una visión endógena del Estado (gobierno). Aquí, se señala una forma particular, a saber:  respecto del tratamiento de los “agentes estatales” como parte integrante del funcionamiento y resultados de la economía y los mercados[2]. Dado que se conciben como agentes con motivaciones, estrategias, fines, etc., inherentes a su existencia social (Basu, 2003), que despliegan sus actividades en un lugar privilegiado que da acceso a  información, a su procesamiento y, a capacidades diferenciales de intervención: organizaciones estatales de diferente nivel, función y competencias.

En suma, se trata de señalar una obviedad: la acción público estatal se define y se valoriza acorde al conjunto de creencias, valores, normas y prácticas sociales de quienes la diseñan, implementan y evalúan.

Se diluye así la idea estándar de neutralidad respecto a los resultados de los agentes estatales- policy advisers-, la cual supone que el acto de asesorar un gobierno tiene efectos significativos sólo cuando se guía por los resultados esperados de los agentes mercantiles en su interés particular, para la búsqueda de “equilibrios” que conducen hacia un “bienestar” de la sociedad “en general”. Los dados están cargados con un marcado sesgo corporativo.

En este contexto, en el actual gobierno es necesario señalar las rupturas con la orientación corporativa y privatizada de la acción público estatal. La ampliación de la democracia en Colombia puede nutrirse con espacios para la realización efectiva de las diversas reivindicaciones históricas de los sectores populares. Especialmente, porque supone el reconocimiento político de las formas de vida, organización y representación de los y las trabajadores del campo y la ciudad. 

Convenciones sociales en la acción público estatal: creencias tecnocráticas.

Para Mazzucato (2019) tiene relevancia la forma en que se ubica al Estado en la dinámica económica de las sociedades contemporáneas. En la forma de concebir al Estado en las convenciones sociales (i.e. Sistema de Cuentas Nacionales) respecto a los límites y las determinaciones de las fuentes, usos y distribución del excedente económico-en adelante, EE-.

Esto último impacta los criterios de legitimidad de los canales de apropiación y uso del EE por el Estado, a saber: composición de la estructura tributaria y del gasto público. En paralelo, tiene implicaciones sociales dado que en la “elección” del fundamento y orientación teórica para comprender la “economía”, sus imbricaciones, supone el contenido de las prescripciones para diseñar, ejecutar y evaluar la política económica (Mazzucato, 2019).

Por tanto, tanto los agentes estatales en diferentes esferas de acción público estatal, ya sea en la generación de convenciones de medición como en la aplicación de las mismas en políticas sectoriales, se convierten en agentes activos de las decisiones y resultados “económicos”. En últimas, se constituyen tanto las formas de valorar como las formas de intervención aceptables y posibles-conocimiento experto-, beneficiando o no a determinados grupos sociales.

Al menos dos características generales se tienen al concebir el Estado en su visión endógena. En primer lugar, el gobierno está compuesto de individuos que tienen sus propias motivaciones, fines, creencias y trayectorias de formación ideológica. En segundo lugar, la información y la capacidad de decisión es incompleta y está distribuida asimétricamente con especial concentración en las agencias estatales.

En suma, es la fuerza que tiene la ideología como fuente de poder social y, como parte del ejercicio del poder político encarnado en las organizaciones en donde se materializa la acción público-estatal.  

Superar la “utopía de los mercados autorregulados”: politizar la política pública.

Los y las asesores ortodoxos manifiestan para sí y para la “sociedad” que su función es el acercarse a una situación inexistente- el perfecto funcionamiento de los mecanismos naturales de mercado– esto es, se proponen con su acción individual superar una situación que considera indeseable: se plantean una utopía. Sin embargo, olvidan mencionar que como toda utopía sus creencias se expresan a través de  proyectos políticos (Medina, 2019).

Para esta forma de “agentes estatales” contemporáneos- tecnócratas -, se trata de la realización de la “utopía de los mercados autorregulados” (Polanyi, 2003), cuyo escenario predilecto es la orientación del aparato estatal hacia fines particulares, corporativos. Más que incoherencia interna- o de alguna especie de trastorno al estilo de Fragmentado[3]–  se trata del realismo político del proyecto neoliberal: basta recordar la acción política de los Chicago Boys en el Chile de 1973 (Horn & Mirowski, 2009).

Ya Maquiavelo había planteado que los problemas de la Italia de su tiempo no escapaban a la ilusión que genera la utopía. El arte de la asesoría al príncipe  se ubicaba en la posición de clase al mismo tiempo que declaraba los objetivos políticos de su praxis: incidir en la orientación de la acción, en el curso de los eventos (Gramsci, 1980).

Allí, en esta incidencia, cabe la previsión: no como un acto puramente objetivo de pronóstico, que se adapta al espíritu de los tiempos. Dada la existencia de un programa- proyecto– político se orienta la voluntad política individual para lograr su realización (Gramsci, 1980).

Posible extensión o variación: lo que cabe aclarar en relación a los agentes estatales, es que ceñirse a la realidad no es tanto adaptarse a unos mecanismos impersonales de carácter natural-mercados– sino vincularse a la voluntad que políticamente quiere ser dominante (Gramsci, 1980).

Siendo así, el problema de los funcionarios es el problema de la formación de intelectuales por parte de la clase dirigente. Siendo el Estado una encarnación del desarrollo del núcleo dirigente en la sociedad (Gramsci, 1980) o de los grupos sociales que disputan el liderazgo político, social o cultural.

En suma, el espacio dentro del cual se desarrolla la actividad de los agentes estatales es el complejo de sus propias actividades prácticas y teóricas, con las cuales la clase dirigente no solo justifica y mantiene su dominio, sino también logra obtener el consenso activo de los gobernados (Gramsci, 1980). Frente a esta afirmación, cabe señalar: también hacen parte de la disputa política por la hegemonía.

En el momento actual: ¿podrá el proyecto de los sectores populares mediante su permanente movilización y organización marcar el contenido, los vaivenes, los compases y los tiempos en los movimientos en la acción público estatal?; ¿logrará imponerse el gatopardismo?.

En estos momentos, de lo que se trata es de pensar y materializar las posibilidades y los espacios para desarrollar poder popular en Colombia.

Bibliografía

Basu, K. (2003). Prelude to Political Economy. A study of the social and political foundations of economics. Oxford- New York: Oxford University Press.

Gramsci, A. (1980). Notas sobre Maquiavelo, sobre la política y sobre el Estado Moderno. Madrid: Ediciones Nueva Visión. .

Hodgson, G. (November de 1997). The ubiquity of habits and rules. Cambridge Journal of Economics, 21(6), 663-684.

Horn, R. V., & Mirowski, P. (2009). The Rise of the Chicago School of Economics and the Birth of Neoliberalism. En P. M. Plehwe, The Road from Mont Pelerin: the making of the neoliberal thought collective (págs. 139-178). Cambridge, Massachusetts. London, England: Harvard University Press.

Mazzucato, M. (2019). El valor de las cosas. Quién produce y Quién gana en la economía global. Bogotá: Penguin Random House Grupo Editorial .

Medina, L. F. (2019). Socialismo, historia y utopía. Apuntes para su tercer siglo. Madrid-España: Ediciones Akal, S.A.

Polanyi, K. (2003). La Gran Transformación. Los orígenes políticos y económicos de nuestro tiempo. (2° ed ed.). (E. L. Suárez, Trad.) México, D.F., México: Fondo de Cultura Económica.

Polanyi, K. (2009 [1977]). El sustento del hombre. Madrid. España: Capitán Swing.

Screpanti, E. (2001). The Fundamental Institutions of Capitalism. London-NewYork: Routledge. Taylor and Francis Group.

Stiglitz, J. (2000). La economía del sector público. España: Antoni Bosch editor.

 

[1] Grupo de Socioeconomía, Instituciones y Desarrollo. Universidad Nacional de Colombia.

[2] Como señala Polanyi no es riguroso identificar una forma de mercado con la economía (Polanyi, 2009 [1977])

[3] https://es.wikipedia.org/wiki/Split_(pel%C3%ADcula)