Un grupo de jóvenes del sector rural trabaja en la identificación del potencial culinario de especies de hongos de la flora amazónica.

Las especies fúngicas de la Amazonia, además de desempeñar un papel fundamental en los ecosistemas para la regulación del ciclo del agua, el reciclaje de carbono y mantenimiento de suelos sanos; podrían convertirse en las nuevas protagonistas de la oferta de productos forestales no maderables (PFNM) apetecidos por la industria gastronómica.

Así lo han entendido 80 familias de 15 veredas de Florencia (Caquetá), quienes ejecutan una iniciativa enmarcada en la Bioeconomía Amazónica con la que esperan identificar y poner en el mercado hongos comestibles, en el marco de un proyecto de conservación del bosque implementado por Agrosolidaria y financiado por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) a través del programa Amazonia Mía.

 

Valores y cualidades alimenticias

Esta propuesta se fortaleció a través de la conformación de la Escuela de Monitoreo Setas Comestibles, integrada por 15 jóvenes y mujeres rurales, quienes recibieron capacitación, y en jornadas de búsqueda oportunista de hongos, colectaron 156 individuos que fueron clasificados; los hallazgos permitieron evidenciar que cinco especies poseen valores y cualidades alimenticias con las cuales esperan generar ingresos económicos.

“Poder llegar al mercado con un producto innovador como hongos comestibles de la biodiversidad de la Amazonia, puede ser algo interesante que abra un camino comercial que se refleja o se retribuye a las familias en generación de ingresos y en la oportunidad de construir medios de vida desde sus bosques”, indicó Ricardo Andrés Calderón Solarte, representante legal de Agrosolidaria, Florencia.

El objetivo de este ejercicio, en el que también participó la Asociación Hongos de la Amazonia, está direccionado a promover el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales del bosque y fomentar nuevos sistemas productivos derivados de especies nativas que muchas veces pasan desapercibidas.

César Augusto Pulecio, miembro del grupo de investigación, recalcó que “lo que buscábamos con el monitoreo de setas comestibles es buscar otras especies que pudieran ser alimenticias y que nos puedan servir a nosotros para poder hacer un ejercicio de prospección”.

Dentro de las especies fúngicas a las que se les hallaron mayores cualidades y propiedades, se encuentra Auricularia delicata de la familia de las Auriculariaceae rica en aminoácidos y la seta de Macrocybe titans con altos índices de proteína.

El monitoreo del Reino Fungi, está motivando a productores como William Molina Clavijo, a fortalecerse y a idear estrategias para ser competitivos con una propuesta innovadora en la industria gastronómica y percibir incentivos derivados de la conservación del bosque: “Yo he pensado en la producción, tener un espacio pues para hacer la reproducción, un espacio con condiciones favorables, para empezar a producir el hongo y que sea una fuente de ingresos en un futuro”.