Si es de los que disfruta una humeante taza de ‘tinto’ y un helado con sabor a café, si es de los que llama ´equipo cafetero´ a la Selección de fútbol y está haciéndole fuerza al reconocimiento del ´carriel paisa´ como símbolo nacional, o sencillamente respira, debería conmoverlo esta realidad.

Parece sorprendente, pero sin la labor polinizadora que desarrollan las abejas no experimentaríamos las notas de un buen tinto, tan sólo una analogía del fin de la vida que significaría su desaparición (la de las abejas)… algo caótico en la tierra donde la economía del café ‘salva la patria’ cuando el petróleo cae en picada.

La alerta la ha hecho la FAO -en una de esas ceremonias donde es alta la probabilidad de encontrar una bebida a base de café-, “las abejas están bajo la gran amenaza de los efectos combinados del cambio climático, la agricultura intensiva, el uso de pesticidas, le pérdida de biodiversidad y la contaminación”, dijo el director general José Graziano de Silva.

El asunto es el siguiente. Según el profesor Jorge Tello Durán, docente de la facultad de medicina veterinaria y zootecnia de la Universidad Nacional, si bien “el café tiene dos sexos en la misma planta, por lo que se puede autopolinizar, y, en teoría, no necesitaría abejas que la polinicen”; de no ejercer su labor las abejas sobre las flores, “aparece un fenómeno denominado depresión y la variabilidad genética se limita, hace que el fruto tenga poco vigor y una cáscara más blanda”.

Mientras que “al polinizar la planta de café, la abeja hace que el fruto sea mucho más pesado, por lo que se tendría mayor ganancia en las cosechas (mayor valorización de la carga del café), además, “el pH mejora y el porcentaje de perdidas también se reduce”, ha explicado Tello Durán a la Agencia UN.

A manera de recomendación, el experto considera importante no aplicar ningún herbicida en las plantas durante la época de polinización, fecundación y floración para que las abejas sean las encargadas de polinizar. También, no talar los árboles en los cultivos de café, pues la sombra es un aspecto fundamental para la supervivencia de las abejas. Sólo el trabajo conjunto entre apicultores y agricultores permitirá que mueran menos abejas y haya menos plantas abortivas.

El panorama crítico de esta especie es un ultimátum para los cultivos nutritivos, y, por ende, para el bienestar humano, los medios de vida, la lucha contra el hambre y la malnutrición, destacó la FAO.

A continuación una serie de infografías con datos sobre las bondades y panorama agudo para reflexionar.

 

En el mundo las abejas polinizan el 80% de los cultivos.

Para producir un kilo de miel, las abejas deben visitar 10 millones de flores. Y es la Antártida el único continente donde no se encuentra ninguna especie de abeja

Son capaces de elaborar 27 kilos de miel por colmena.

La ausencia de las abejas podría acabar con el café, las manzanas, las almendras, los tomates o el cacao.

Ácaros barros destructor y su resistencia a los acaricidas

Infografías vía: Twitter.